Después de tener una idea
y un buen equipo lo que debes hacer es convertirte en la persona más productiva
del mundo para empezar a desarrollar tu producto. Recuerda, la ejecución es más
importante que la idea. A la hora de crear un producto, que resuelva una
necesidad específica no deberías crear un producto muy complejo desde el
principio, que contenga muchas funciones y especificaciones trata de generar
más valor con menos recursos. Piensa en lo mínimo que podría tener tu producto
para que funcione y que te permita recaudar la mayor cantidad de información
posible acerca de tu cliente, a esto se le denomina MVP o mínimo producto
viable. Para iniciar enfócate en una sola función de tu producto. La más
importante. Y haz que esta sea perfecta, un ejemplo de esto es Google, cuando
entras a su página principal lo primero que ves es una caja de texto en donde
escribes que quieres buscar, cuando buscas algo él de inmediato pone su motor
de búsqueda a funcionar, y encuentra las páginas con más relevancia según la
búsqueda. Esto les permitió, posicionarse como el motor de búsqueda más popular
de hoy en día. Cuando tengas tu producto desarrollado y lo lances recuerda la
importancia de medir todo y retroalimentarse de ello, como dicen por ahí “lo
que no se puede medir no se puede mejorar”. Al ver tus métricas y aprender de
ellas asegúrate de volver a iniciar el ciclo y genera ideas nuevas, hazlas
realidad, mide todos los datos posibles y aprende de ello.